ESCUCHANDO NUESTRA VOZ INTERIOR . 1er EJERCICIO
ESTAR ATENTOS PARA SENTIR Y ESCUCHAR AL CUERPO
Una primera destreza para profundizar en la propia conciencia es aprender a sentir y escuchar al cuerpo. Para ello deberemos:Prestar atención a las reacciones del cuerpo ante cualquier situación que se presente. Por ejemplo: si se está de pie y se presenta una situación especial o no esperada, se podrá notar en caso de que el suceso sea bueno, que el cuerpo se inclinará ligeramente hacia adelante, lo cual indica continuar; y caso contrario, el cuerpo se inclinará hacia atrás.Prestar atención a las sensaciones internas. Por ejemplo: si se está con otra persona y se siente una sensación desagradable ante aquella persona o ante la situación que plantea, la sensación indicará que el cuerpo no está alineado con tal persona o la situación planteada. La sensación puede ser muy sutil: dolor, frío, vacío, hincada o vibración en el estómago, espalda, o en cualquier otra parte del cuerpo. Cada uno puede descubrir que parte de su cuerpo reacciona, cuando hay una desalineación o desarmonización, y puede luego atender a estas señales de alerta.Prestar atención a las sensaciones corporales cuando uno se habla a sí mismo. Por ejemplo: al decir “Tengo que hacer tal o cual cosa” y se siente alguna sensación desagradable, tal sensación podría ser el reflejo de que al menos uno de los componentes del cuerpo (físico, mental, emocional, espiritual o energético) está desarmonizado. Si esta situación se repite y no se pone solución y se ignoran las sensaciones incómodas, el cuerpo físico muy probablemente presentará un síntoma mayor. Si esto tampoco es tomado en cuenta, el síntoma podría convertirse con el tiempo en una enfermedad.Para aprender a sentir las reacciones del cuerpo se puede hacer el siguiente ejercicio:Parado y con los pies un poco separados, tratar de sentir el peso del cuerpo en ambas plantas de los pies, buscando equilibrar el peso. Luego, balancearse suavemente de adelante hacia atrás y de derecha a izquierda, hasta sentir el mejor equilibrio en las piernas, caderas, abdomen, tórax, cuello, cabeza y brazos, revisando las sensaciones de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Cuanto mayor sea la frecuencia de práctica de este ejercicio, mayor será la armonización que se alcance de los campos de energía. Estos sencillos movimientos, casi imperceptibles, originarán una sensación interna inmensa, que será la expresión de una buena sensibilidad corporal.Cuanto mayor sensibilidad corporal se alcance, más fácil será prestar atención a las reacciones del cuerpo ante situaciones externas o sensaciones internas, entender el porqué de tales reacciones y si estas nos indican avanzar o corregir el rumbo, buscando las respuestas que armonicen con el bienestar corporal.
Dra E. Valencia
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