ESCUCHANDO NUESTRA VOZ INTERIOR. 8vo. EJERCICIO



MEDITACION

Meditar es un camino directo para lograr conexión con el cuerpo espiritual, no como algo mas allá de lo natural sino para recuperar uno de los estados o cuerpos naturales (físico, energético, mental emocional, espiritual)
Si la mente está tranquila, se puede acceder a la naturaleza esencial, en donde todos los cuerpos se realinearán y se tendrá la sensación de que todo vuelve a su lugar, a pesar de todo lo que pueda ocurrir en el entorno. Si se deja de pensar en el “yo”, por un momento, todos los deseos, apegos, problemas, angustias atrapados regresarán al lugar de donde provienen: al entorno, y así se alcanza la liberación de los hechos que mantienen vinculación con el dolor.
Con la meditación se puede aprender a alinear los cinco cuerpos, que tienden naturalmente a desalinearse ya que la atención consciente no está centrada en los distintos cuerpos, sino en los que sucede alrededor.

A nivel del cuerpo físico: En posición sentado, acercarse al exterior de la silla, de tal manera que la espalda no toque el respaldar, favoreciendo así la alineación de la columna y la circulación de la energía. Se puede cerrar los ojos si así se desea.  Poner atención a la respiración, siguiendo el proceso desde el ingreso  del aire por las fosas nasales, el movimiento del pecho y del abdomen, y notar  hasta donde llega la respiración, esto afinará la sensibilidad del cuerpo.
A nivel del cuerpo mental: recordar la última emoción y poner atención a los pensamientos que están relacionados con ella. Hay que estar atentos a la tendencia del cuerpo mental a nombrar las emociones, objetos y situaciones dándole forma de pensamiento. Se puede también escuchar sonidos del entorno, dándose cuenta de cómo el cuerpo mental tiende a identificarlos y nombrarlos. Al hacer esto, se va creando la realidad de cada uno; por ejemplo, al escuchar el ruido de mucha gente en un ómnibus, es normal sentir molestia e incomodidad, pero si uno se queda simplemente escuchando un momento antes de nombrar un sonido, antes de darle forma de pensamiento, sea cual fuere el sonido que se escuche, será posible quedarse flotando en una sensación de paz, de quietud, que ayudará a vivir mejor.
A nivel del cuerpo energético: manteniendo la atención en la respiración, observar en que zona del cuerpo se siente movimiento de energía: cosquilleos, calor, como corriente. Si no se percibe, se puede intentar percibir la energía por la temperatura o por sensaciones que sienten las manos al pasar por el cuerpo sin tocarlo. Así se irá conociendo el cuerpo energético.
A nivel emocional: conservando la atención en la respiración, tratar de pensar o conectarse con una de las emociones preferidas o comunes a partir del recuerdo de una experiencia, este recuerdo va a manifestarse mayormente en algún lugar que va de la garganta a la pelvis, y podrá manifestarse en forma de ola grande o pequeña, que hay que dejar pasar para solo concentrarse en la sensación que produce en el cuerpo. Esto ayudará a expandir el campo energético usando el nivel emocional.







A nivel espiritual: aquí el ejercicio será la fusión de uno mismo con lo que se observa. Por ejemplo, si se está viendo un paisaje y disfrutando de él, hay que intentar sentirse dentro de ese paisaje, para que desaparezca la diferencia entre lo observado y el observador y se cree una sola conciencia.

Finalmente, uno puede hacerse a sí mismo el compromiso de cerrar los ojos, entrar en el propio mundo interior y hacer una respiración consciente en un momento determinado del día: una inspiración y una exhalación. Si en este momento se encuentra una satisfacción inmediata, se harán unas respiraciones más; en caso contrario, se dejará hasta el día siguiente, hasta lograr sentirse mejor, haciendo las respiraciones, sin necesidad de cerrar los ojos.


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