ESCUCHANDO NUESTRA VOZ INTERIOR. 8 EJERCICIOS
PROFUNDIZANDO EN NUESTRA CONCIENCIA
Todos tenemos un
lado invisible de nuestra conciencia, en el cual se encuentran nuestros anhelos
más profundos no reconocidos conscientemente.
Deseamos lo que
no tenemos, porque creemos que es algo que nos hace falta y que con ello
llenaremos un vacío.
El deseo es a
nivel consciente y la creencia de la falta es a nivel inconsciente. Por ejemplo: buscar una pareja (acción a
nivel consciente) puede ser un objetivo impulsado por una profunda soledad
(escondida a nivel inconsciente) si el objetivo alcanzado no llena el vacío
entonces se convierte en una relación dolorosa o difícil, y es porque estamos
reflejando en ella la conciencia interna de soledad.
Si bien
encontrar una pareja puede ser una solución a la soledad, no es la única
solución. El problema sigue siendo la soledad y no la falta de pareja.
La solución a
esta situación sería dirigirnos hacia nuestro interior para enfrentar la
soledad, pero esto duele o incomoda, pero es la solución para encontrar nuestro equilibrio en el área emocional,
física, mental y espiritual.
APRENDIENDO A ESCUCHARNOS
Tenemos que
sentir y escuchar nuestro cuerpo, poner atención a la voz interior, ver las
situaciones que se repiten, meditar, abrir el corazón, y despejar la duda. Sentir
y escuchar nuestro cuerpo es importante, pues el nivel emocional se va a manifestar a través
de alguna sensación desagradable, esto indicará una desarmonización de los
cuerpos mental, físico o espiritual.
No debemos
olvidar que nuestro cuerpo nos habla constantemente, y debemos observar los
hechos externos, pues son un reflejo de
nuestro ser interior: Si queremos estar alineados, debemos establecer la
relación entre la expresión que proviene
de la parte más profunda de nosotros con los sucesos externos.
Ejercicios
simples podrán ayudarnos a restablecer esta relación y lograr la alineación:
- Estar atentos para sentir y escuchar el cuerpo.
- Hacer caso a la voz interior.
- Darse cuenta de las situaciones que se repiten.
- Anotar las “coincidencias”
- Saber decir si, en los momentos precisos.
- Esperar una señal clara.
- Tener la disposición de un corazón abierto al amor.
- Meditar.
Dra. E. Valencia
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